Alejandra
Santana Alba 3ºA
ASCENSOR
Hace
una semana fui a casa de mi prima, entré en el ascensor y no me
llevo al uno, que es su piso,
sino
que siguió subiendo y subiendo y me llevo a un mundo fantasía.
¡Allí los arboles eran de
chocolate!
¡Y sus habitantes eran unicornios, conejitos, gatitos y perritos!
Lo
mejor era que los unicornios concedían deseos, y los conejitos
escondían huevos de chocolate y juguetes para que los encontraran
los demás animalitos.
Allí
hice muchos nuevos amigos, pedí deseos, encontré huevos de
chocolate y juguetes. Me quedé allí cinco días, y llegó la hora
de irme a mi verdadera casa, encontré el ascensor, me subí en él,
pero ¡Era una ilusión! Y lo busqué, y lo busqué y lo encontré,
me iba a ir y los animalitos me dieron un recuerdo, ¡Era un dibujo
de todos ellos conmigo juntos!
Alejandro Ramírez Arrebola
EL ASCENSOR MÁGICO
Había una vez...
Una casa muy, muy grande y tenía un ascensor. Pero el
ascensor no iba a los pisos como otros ascensores iba al
universo o la fantasía... etc.
Un día un niño llamado Víctor fue a visitar a sus primos. El
niño no sabía que había un ascensor mágico.
Abrió la puerta del ascensor la cerró le dio al botón fue
hacia arriba siguió hacia arriba, y llegó al universo paro en
el planeta Júpiter.
Se puso muy contento porque estaba su familia.
Y todos subieron al ascensor y bajaron al mundo fantasía
allí había un parque de atracciones, y pasaron el fin de
semana de atracción en atracción.
Y cuando estaban muy cansados fueron a cenar a la playa,
comieron sardinas, vieron un barco que se llamaba
SYMPHONY OF THE SEAS, vieron los fuegos artificiales y se
fueron a su casa. FIN
El
ascensor
Un día estando en el piso 5
de mi bloque, decidí subir al 9 para saludar a mi mejor amigo. Al
abrirse las puertas, vi que estaba en otro mundo, donde había muchos
unicornios, uno de ellos me vio y me saludó. Me preguntó de que
mundo venía y cuál era mi nombre. Después de una conversación
muy requete larga decidió presentarme al rey Altar que era el rey de
los unicornios. El Rey fue muy amable conmigo y preparó un banquete
para la noche. Me harté de comer y bailar con una música que me
pusieron los unicornios. Al siguiente día me enseñaron el lugar
donde vivía y otro super secreto. Me hice muchísimo amigos que me
regalaron un recuerdo cada uno.
Al día siguiente, me tuve que
marchar. Me preparé para ir a mi mundo, me despedí de todos y
desaparecí en un agujero negro. Seguía en el ascensor, donde se
abrieron las puertas y me encontré a mi amigo y le conté todo lo
que me sucedió.
María Ruiz Vallejo
